martes, 23 de abril de 2013

¡Feliz día del libro!


Hoy queremos empezar el día con una gran frase, pronunciada por un gran escritor español: Larra.


Hoy es día 23 de abril, Día Internacional del libro. Fue elegido como tal porque este mismo día, en el año 1616, fallecieron tres grandísimos escritores, de fama mundial: William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Garcilaso de la Vega. Fue promulgado por la UNESCO y se celebra desde el año 1995, hace 18 años. Se celebra a nivel mundial con el objetivo de fomentar la lectura.

Después de un poco de historia sobre este día (que seguro ya conocíais), Raquel y yo queríamos contaros nuestra historia (nunca mejor dicho) gracias a la cual empezamos a leer y llevamos disfrutando muchísimos años. A los que no lo hacéis, os animamos a leer porque los libros, además de llevarnos a multitud de mundos increíbles y de hacernos disfrutar muchísimo, nos ayudan a aprender cosas que no sabíamos y alejarnos del mundo real cuando más lo necesitamos...

Mi historia es simple. Mis padres me "obligaron" a leer desde pequeña y aunque al principio no lo entendía, empecé poco a poco a comprender sus razones y a leer libros. En su habitación tenían una estantería llena, desde el techo hasta el suelo, con todo tipo de libros e historias. Y me empezaron a comprar libros infantiles para llenar mis estanterías de libros. Recuerdo aquellas lecturas de El barco de vapor, aquellos casos del comisario Antonino que leí y releí, todos esos libros mágicos de un pequeño mago llamado Harry Potter, la preciosa saga de Memorias de Idhún de Laura Gallego, aquel romántico y triste a su vez Romeo y Julieta de Shakespeare, aquellos libros de un guapo vampiro de Crepúsculo... y suma y sigue hasta ahora. 

Me gustaría agradecer a Raquel, mi compañera en el blog y una de mis mejores amigas, que desde que la conozco leo muchísimo más libros y, desde entonces, tengo que reconocer que he aprendido mucho y he evolucionado como persona. Gracias R, gracias doble, por nuestros intercambios de libros, por ser tan buena amiga.

También tengo que reconocer que si no me gusta un libro pronto lo dejo, eso es algo que he de aprender: darle más oportunidades a algunos libros. Sin embargo, para mí leer en sí, cualquier libro, es algo mágico y especial. Por eso hoy os animo a quienes no lo hagáis no os propongo ninguna lectura en especial sino sólo que leáis cualquier libro que os llame la atención que tengáis por casa (mejor que empecéis con un libro cortito, de unas doscientas páginas).

Espero que os animéis, de verdad, a leer quienes no leáis y los que leáis, que leáis más.











Mi compañera Vir ya nos ha hablado de por qué se celebra hoy el día del libro, pero no debemos olvidar que hoy además se celebra San Jorge y es gracias a esta festividad de donde surge unos de los aspectos más importantes del día del libro: regalar una rosa roja. 


Para conocer este detalle debemos recordar la historia de este santo. 

Cuenta la historia que había una región asolada por un terrible dragón y para calmar su hambre, en un primer momento, los habitantes decidieron entregarle dos corderos al día, pero poco a poco éstos empezaron a escasear. Por ese motivo se decidió elegir a “voluntarios” para que se enfrentaran al dragón, pero todos acabaron muertos. El pueblo estaba cansado de que nunca eligieran a ningún miembro de la realeza, por lo que al final se escogió a la princesa para que se entregara al dragón (otra versión de la historia asegura que la princesa salió elegida por sorteo). No obstante de camino a la cueva de la bestia se cruzó con el caballero Jorge y éste mató al dragón con su espada. De la sangre del dragón surgió una rosa roja que el caballero entregó a la princesa. De igual modo, en este día tan especial es típico regalar una rosa roja a la persona amada. Ahora además, lo acompañamos con un libro. 

¡Espero que todos hayáis recibido ya vuestra rosa junto a un librito! 

Bueno vayas al grano, ¿por qué y cómo empecé a leer? La respuesta es un poco complicada, en realidad no me ha gustado leer desde siempre, fue algo que surgió poco a poco. Sí leía de niña los clásicos libros para niños como Peter Pan y La Bella Durmiente. Sin embargo, en el colegio siempre me obligaban a leer libros que odiaba y no disfrutaba demasiado. A pesar de ello , recuerdo un verano no sé por qué decidí ir a la biblioteca y fue entonces cuando lo vi en la sección K de novedades, K por Stephen King, La Torre Oscura I: La hierba del diablo (ahora reeditada como El pistolero).
No recuerdo la razón por la que me emociono pero me encantó ese libro. Tendría unos 13 años, así que mientras la gente leía Harry Potter, yo me enamore de mi preciado pistolero. Así en menos de tres días termine ese librito con más de 500 páginas. El cuarto día tenía un vacío como quien descubre un tesoro que ha estado presente toda su vida y no se había dado cuenta hasta ese momento. Para intentar abatir a este vacío fui a la biblioteca y cogí el segundo libro de esta saga. Así poco a poco llegue hasta el cuarto libro. Sin embargo, la desgracia se cernía sobre mí cuando me di cuenta que los demás libros no los tenían en la biblioteca. Así que pase a mi segunda opción convencer a mis padres que me lo compraran, no hubo manera. Hay que detallar que a mis padres, por decirlo de alguna manera, no les gusta para nada leer y creían que era un capricho. Al día de hoy, hoy no he leído ni los siguientes tomos, y no sé la razón. Supongo que poco a poco empecé por interesarme por otros libros, pero espero hacerlo pronto, porque estos libros abren un momento muy importante de mi vida. 

Ese mismo verano, me leí todos los libros del autor que tenían en la biblioteca, que estos sí que eran de terror, porque cabe decir que la saga de La Torre Oscura es fantasía, pero no terror. De esta manera y poco a poco surgió de mi una devora libros radical. Al llegar el mes de septiembre, ya no había quien me separa de un libro. Además, poco tiempo después tendría una profesora de lengua que sería un amor y unas de mis profesores favoritos que nos recomendaba libros diariamente. De este modo, empecé a leer otros géneros, desde clásicos hasta juvenil

Cuando llegue a la universidad ya tenía un problema serio, sin embargo seguía siendo la chica que cogía libros de la biblioteca y no compraba. Pero esto iba a cambiar, con la llegada de Sinsajo de Suzanne Collins. Hacía tres años que había leído Los juegos del hambre y dos desde que leí En llamas; ambos de la biblioteca, las bibliotecas de Madrid eran por esa época mi vida. Sin embargo, una amiga mía cuyo nombre en clave empieza por M me dijo que debía leer ya Sinsajo, a ella se lo habían dejado prestado. Y bueno un día fui al Fnac, y dije venga voy a comprarlo. Ese mismo día lo terminé y fue devastador. A pesar de ello, seguía sin fiarme de comprar muchos libros, primero los leía y si me gustaban los compraba. No obstante, Vir y yo empezamos a hacernos íntimas amigas y poco a poco fue pegando su obsesión por la compra compulsiva de todo tipo. Así fue cómo surgieron mis compras compulsivas de libros y mis encargos exagerados a Book Depository. 

En definitiva, quien no haya probado leer o no entienda porque viene tanto revuelo, debería coger el primer libro que le atraiga y devorarlo. Si a partir de ese momento, sientes una necesidad urgente de pasearte por bibliotecas, de pasarte las horas por tiendas de libros aunque no compres nada, simplemente por la mera necesidad de ver que hay (sí luego también compras). Es en ese momento cuando te conviertes en uno de los nuestros, sí en una persona que vive y respira palabras. Una persona que no puede vivir sin leer historias fascinantes e imposibles, o historias reales y crueles. Simplemente, te habrás convertido en un lector y a partir de ahí no hay vuelta atrás.




1 comentario:

  1. ¿O sea que fue Sinsajo el que rompió el hielo de las compras compulsivas? :P

    Ummm, bueno, mejor yo tampoco menciono que lo tengo tres veces: una en español, una en inglés, y otra en inglés y defectuosa. Y aún así, casualidades de la vida, la primera vez que lo leí fue porque me lo habían prestado.

    Un besito^^

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